jueves, 4 de diciembre de 2008

El General Trasladado


(Foto: el busto "viajero" del Libertador, ahora en la Plaza San Martín).

El General Trasladado

Dimos cuenta de algunas barrabasadas monumentales (porque se refieren a monumentos, retratos y conmemoraciones), en el post El Monumento al Broche, de nuestro blog http://elmulaenlapatagonia.blogspot.com/

Allí les hemos presentado al Coronel Cambiado. Esto es, el que aparece en el retrato al que se consideraba representativo del Coronel Ramón Estomba, uno de los postulantes al papel de fundador de la ciudad de Bahía Blanca. El retrato había resultado ser trucho; copia fiel de otro, hecho en Francia a un mariscal napoleónico. Copia fiel de un cuadro, pero copia infiel de Estomba.

También en ese post tuvimos que denunciar a un General Cambiado: el presunto José de San Martín de La Adela, que en realidad es un busto de Carlos María de Alvear.

Ahora es el turno del General Trasladado, cuya efigie, que figura en la foto, ocupa el espacio central de la Plaza San Martín de nuestro pueblo.

Esta vez el busto es realmente de San Martín, y como tal se lo conoce. Se trata de una bella pieza de bronce hecha hacia 1915 en un taller de Buenos Aires, sobre el original de un artista francés.

Lo sucedido en este caso, es que este monumento ha ocupado tres asentamientos sucesivos, a medida que el centro urbano se desplazaba. Estuvo primero en Buena Parada, frente a la Municipalidad vieja según los memoriosos. Después, debido a la cercanía del ferrocarril, el nuevo pueblo de Río Colorado adquirió mayor gravitación; de modo que lo desmontaron al General de su sitio en Buena Parada y lo trajeron… no al lugar donde ahora se encuentra, sino a la plaza de Villa Mitre (en el lugar donde ahora están edificadas las “40 casas”).

Ya debía estar cansado el busto con este trajín. Pero no fue bastante. Al tiempo lo trajeron al lugar donde ahora se encuentra, en la plaza por ahora céntrica, frente al Municipio.

Desde allí, el Libertador otea preocupado las inmediaciones, recelando que si se puebla más densamente el sector que está más cerca de la ruta, tenga que afrontar otra mudanza forzosa. “Tanto anduve a caballo en mis campañas, y todavía no me dejan descansar… Será posible que los presupuestos no hayan alcanzado en 92 años, desde 1916 hasta ahora, para comprar algún otro busto, en vez de sacarme de Buena Parada y después de Villa Mitre”… se lamenta don José Francisco.
(En base a datos facilitados por Antonio Evangelista).

1 comentario:

Carlos Espinosa dijo...

Ramón, transcribo un fragmento de un artículo mío sobre el gobernador del territorio Carlos Gallardo.
la mentalidad de aquellos gobernantes, hombres ilustrados que no renegaban de su pertenencia a la llamada "generación del 80", la idea del progreso iba acompañada por la promoción de la enseñanza, el respeto y veneración por las figuras relevantes de la historia oficial; y la divulgación del pensamiento, a través del libro. Ellos entendían de esa manera la difusión de los valores de la identidad y la cultura nacionales.
Durante los años en que el gobierno del Territorio Nacional de Río Negro estuvo en manos de Gallardo se construyeron, naturalmente con fondos del Estado Nacional, los edificios de la escuelas primaria número 2 de Viedma; la de Pringues (hoy Guardia Mitre); y la del pueblo de Buena Parada (primer asentamiento de Río Colorado) con construcciones casi gemelas.
Carlos Gallardo se preocupó también por la carencia de monumentos en homenaje al general José de San Martín en el ámbito de los territorios nacionales en general y, en particular, en éste que le tocaba administrar. En tiempos previos a los majestuosos actos del Centenario de la Revolución de Mayo se había dirigido a la comisión encargada de organizar esas celebraciones, recomendándole que en cada ciudad cabecera de uno de los territorios fuese erigida una estatua recordativa del Padre de la Patria. La reseña consultada señala que "tan laudable iniciativa fue acogida con cariño por dicha comisión del Centenario y aplaudida por la prensa, pero tal vez por falta de recursos no se realizó".
Fue perseverante Gallardo en esta preocupación y tiempo después se entrevistó con el ministro de Guerra de la Nación y le solicitó que en los talleres del Arsenal de Guerra se fundiesen algunos bustos de San Martín para ser entronizados en distintos puntos del Territorio de Río Negro. Se dice en la crónica que el alto funcionario dio su aprobación a la iniciativa pero puso como condición que el propio interesado consiguiese el metal necesario, es decir el bronce. El gobernador que nos ocupa resolvió de inmediato la cuestión: disponiendo el envío al Arsenal de dos cañones que como rezago de la llamada campaña al desierto habían quedado en Viedma, y estaban ubicados en el acceso a la cárcel, sobre la calle Alem. Al poco tiempo ya estaban realizadas las estatuas, ocho todas idénticas, que de inmediato durante el año 1912 fueron instaladas en las plazas céntricas de Viedma, San Antonio Oeste, Pringues (hoy Guardia Mitre), General Conesa, Río Colorado, Choele Choel, General Roca y Allen. En todas esas localidades, salvo en Viedma, esos bustos del general San Martín siguen desde entonces en los parques públicos.
En esta capital ocurrió que en febrero de 1971 fue reemplazado, en el corazón de la misma plaza San Martín, por el monumento ecuestre del Gran Capitán, réplica del que se exhibe en la ciudad de Buenos Aires en el parque epónimo. En aquel tiempo, cuando era gobernador militar de Río Negro el general Roberto Requeijo, el busto de San Martín realizado por impronta de Gallardo fue reubicado en el vestíbulo de acceso a la casa de Gobierno, el mismo sitio en donde se encuentra todavía.
Otro aspecto muy poco conocido de la gestión de Carlos Gallardo fue la creación de pequeñas bibliotecas que se distribuyeron en las escuelas primarias de la jurisdicción. El libro que refleja la síntesis de sus labores transcribe palabras del propio gobernador: "Las bibliotequitas serían así como cajas que guardarán el tesoro cuyo valor la escuela enseñó a apreciar; esa escuela que entregó al niño el saber, la única llave con que aquellas cajas se abren; no tengo inconveniente en afirmar que, consideradas como una continuación de la escuela, serán las bien venidas en aquellas regiones en que los pobladores tanto necesitan y desean instruirse y donde desgraciadamente no existen fuentes para aplacar esa sed".
(Publicado en "Noticias de la Costa", junio de 2008)